Posted by Chepe Rodriguez Wever
90 AÑOS
Hemos oído algunas veces, muy pocas, cuando una persona llega a esa edad. ¿Por qué? Porque son muchos, muchísimos años para una persona.
“En las dos últimas décadas la investigación ha puesto de relieve dos hechos relevantes: 1) que las personas envejecen de maneras muy diversas; en otras palabras, que existe una enorme variabilidad al envejecer y que, cuanto menos, puede apreciarse tres formas de envejecimiento: normal, patológica o dependiente y con éxito (Fries, 1989; Rowe y Khan, 1997; Baltes y Baltes, 1990; Fernández-Ballesteros, 1986; 2002); 2) que esos tipos de envejecimiento no ocurren al azar o, en otras palabras, es posible aprender a envejecer bien y, también, que parece posible la prevención del envejecimiento patológico. En definitiva, un nuevo paradigma de envejecimiento llamado “saludable”, “satisfactorio”, “competente”, “con éxito” “activo” o “productivo”, ha venido perfilándose en los últimos veinte años y múltiples investigaciones se han desarrollado (incluyendo investigaciones longitudinales) con el fin, tanto de describir operacionalmente tal concepto como de establecer cuáles son sus determinantes[i]
 
Esto nos lleva a una tratar de hacer una comparación entre los 90 años de un humano con los 90 años de una organización. La investigación española trata de buscar las razones por las que una persona envejece de forma saludable o satisfactoria. Se habla de ejercicios, de objetivos claros, de relaciones con otras personas, de satisfactores, etc. Hay una serie de factores por los que una persona “logra llegar” a los 90 años. En un mundo tan convulsionado con tantos elementos deteriorantes de la salud, con tantas limitaciones al envejecer con tranquilidad, el llegar a 90 años se considera algo anormal, fuera de la normalidad de los seres humanos.
 
¿Qué pasa cuando una institución cumple noventa años? Aunque no se considera tan difícil, el llegar a esta cantidad de años supone que algunas variables se han cumplido para esa permanencia: satisfacción, no tanto de la institución sino de los que la han apoyado ya sea con sus compras o contrataciones o con el soporte que se le ha brindado. Una empresa que no logra satisfacer a sus clientes, seguramente no llegará a sus 90 años. Una institución que no cumple con sus funciones de forma satisfactoria tampoco llegará a los 90 años de existencia. Si buscamos por Internet las realizaciones de 90 años, encontraremos algunos eventos que se han conmemorado en este año por haber llegado a cumplir los 90 años de existencia. Se les declara monumento nacional, institución benemérita, y muchas cosas más que logran que estas empresas o instituciones engrosen las filas de aquellos que, por sus realizaciones, han permanecido por largo tiempo.
 
Una institución que llega a 90 años, ciertamente se considera un éxito
El Club Rotario Ciudad de Guatemala celebró hace unos días su 90 aniversario habiendo invitado a todos los clubes rotarios del país a un almuerzo de gala. En el programa que se preparara se hizo un recuento de los aportes que la entidad ha hecho a la sociedad guatemalteca. Al evento asistieron representantes de los 29 clubes del país, que se reunieron para conmemorar que en el año 1925 se fundó el primer Club Rotario de Guatemala, y, de hecho, de toda Centroamérica. Se contó con la presencia del Vicepresidente de la República, Dr. Juan Alfonso Fuentes Soria y la del Alcalde de la Ciudad de Guatemala, Señor Álvaro Arzú.
El Club Rotario Ciudad de Guatemala, se fundó gracias a la iniciativa de un rotario proveniente de los Estados Unidos de América, país en donde hacía 20 años se había iniciado un movimiento de amistad y solidaridad que por la forma en que realizaban sus reuniones se llamaba Rotary Club. En el mundo había ya 29 clubes rotarios que trabajaban bajo el espíritu de sus fundadores que se basaba en lo que más adelante se adoptó como el lema de todo Rotary: Dar de sí antes de pensar en sí. Este rotario norteamericano encontró un campo fértil al encontrarse con empresarios y funcionarios de empresas guatemaltecas y norteamericanas que convinieron muy rápidamente en fundar un club en Guatemala. A ese club se le asignó el nombre de Ciudad de Guatemala ya que ese era su área de acción prevista. Hoy, hay ya clubes en la ciudad de Guatemala que han tomado nombres geográficos como Guatemala, Sur, Guatemala Norte y otros como Guatemala de la Asunción, Guatemala Vista Hermosa, de la Ermita. Ya en la ciudad de Guatemala hay trece clubes que se han organizado bajo la motivación de que “Se beneficia más el que mejor sirve”. Y en el interior del país hay otros catorce clubes cuyos miembros buscan vivir bajo los postulados rotarios.
 
Es interesante el preguntarse, de dónde viene el éxito de Rotary y de los clubes rotarios en Guatemala. Bajo los tres grandes baluartes rotarios de Ética, Amistad y Servicio los rotarios procuran vivir esos valores que deberían ser considerados valores universales para todos, pero que, al no serlos, el tratar de vivirlos como institución se convierte en algo que se ve como ejemplo de vida. Aparte de grandes realizaciones mundiales como la lucha para erradicar la Polio del mundo y el servicio a las poblaciones más necesitadas enmarcadas en las seis actividades que, desde hace años, se consideran las prioritarias: paz y prevención/resolución de conflictos, prevención y tratamiento de enfermedades, agua y saneamiento, salud materno-infantil, promoción de la educación y desarrollo de las economías locales.
En Guatemala, desde hace noventa años, hay personas agrupadas como Club Rotario que han trabajado arduamente en estas actividades prioritarias y en otras que, en su momento, se consideraron importantes para el país y sus habitantes. Se han creado otras instituciones que siguen prestando ayuda importantísima a Guatemala, como aquellas que se dedican a la salud, (instituciones que se dedican a problemas oncológicos, respiratorios, cardiológicos, dermatológicos), las que se dedican a la educación ya sea primaria, secundaria, vocacional o tecnológica, instituciones que velan por los niños malnutridos o abandonados y maltratados,
El apoyar a las personas más necesitadas ha hecho que esas personas rotarias, además de servir, hayan encontrado en sus compañeros rotarios, amigos y amigas entrañables que los une un ideal superior que cohesiona y fortalece esa amistad.
Cuando hay percances o desastres naturales, siempre se ha visto una rueda rotaria en las laboras de ayuda. En el año, en el que se cumplieron los 90 años de existencia, el trabajo ayudando a los damnificados de El Cambray 2, habiendo recolectado: “150 mil libras de alimento, 1 mil paquetes de pañales, 5 mil litros de agua, 1 mil 500 rollos de papel, ropa, medicina, féretros, y más de 3 millones de Quetzales, en una campaña con Emisoras Unidas y Banrural”. Uno de los más notables aportes fue la recordada reconstrucción de San Pedro Sacatepéquez, posterior al terremoto del 4 de febrero de 1976.
La actividad de celebración de los 90 años se inició con el respeto debido a nuestros símbolos patrios y el canto del Himno Nacional interpretado magistralmente por la soprano Lic. Julia Pimentel, luego el P. José Cayetano Parra, conocido como el Padre Papito, quien fuera socio del Club Rotario Guatemala Norte dirigió una oración de agradecimiento a Dios por los frutos del rotarismo y el rotario Diego Pulido reseñó algunas de las obras realizadas por el club, entre las que se cuentan la fundación de la Liga Nacional contra el Cáncer, la Liga contra la Tuberculosis, la creación del Patronato contra la Lepra.. En 1990 se realizó la primera carrera Arcoiris, a beneficio de niños con cáncer y en 1991 se abrió el primer hogar Fundaniñas.
Los rotarios han trabajado arduamente en la introducción y distribución de agua potable en Uspantán, Quiché.
Estas obras han sido realizadas por rotarios actuales y rotarios antiguos y en el almuerzo de celebración no podía faltar el recordar a los miembros fallecidos al proyectar sus nombres en pantallas gigantes y encender un cirio en su honor.
Se presentó el libro Servir a la vida, del rotario Rodolfo Paiz Andrade, el cual resume una visión de un miembro del club acerca de las actividades del espíritu rotario.
Al finalizar el almuerzo se invitó a Nelson Leal a interpretar su tema Orgulloso de ser chapín, que se aplica tanto a la labor rotaria, sus realizaciones y sus satisfacciones.
 
 

[i] ESTUDIO BIO­PSICO­SOCIAL SOBRE PERSONAS DE 90 AÑOS Y MÁS Dra. Mª Dolores Zamarrón Cassinello Universidad Autónoma de Madrid 2007